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La Iglesia del Vaticano II


¿Cuáles fueron las principales circunstancias que contribuyeron y motivaron la realización del Concilio Vaticano II ?

La Iglesia católica arrastraba desde hacía años una serie de problemas derivados de sus conflictivas relaciones con la llamada modernidad. La cuestión es obvia : al haber brotado un nuevo modo de ser de las sociedades civiles y de los Estados que las configuran, la Iglesia es lógico que acusara recibo de estos fenómenos nuevos y tomara la debida relación respecto de ellos. De ahí que la Iglesia católica se haya enfrentado desde 1870 hasta 1962, con los siguientes problemas que derivan de la necesidad de aceptar o no aceptar lo nuevo que el individuo, la sociedad y el estado aportaban como un profundo cambio social fraguado a partir de la Revolución Francesa :

Aceptar que no sólo existe la fe tradicional de los antiguos medios católicos, sino la fe más personalizada de aquellos individuos - el nuevo burgués de la ciudad nueva - que ya no se mueven en el antiguo ámbito de la alianza trono-altar.

La cultura moderna supone el despliegue de unas ciencias, de un pensamiento, de unas artes emancipadas de la tutela teológica y eclesial. Aparece, pues, el problema del rechazo, o aceptación, o discernimiento de estas formas de pensamiento que llevaban implícitos diversos modos de vida.

Aceptar o no el modelo democrático-liberal de sociedad y de Estado, surgido de la teorética previa y contemporánea a la Ilustración, así como de la Revolución francesa. De ahí el pensamiento vacilante y el sufrimiento real de buen número de católicos que acudieron a la distinción entre "tesis" (lo que debe ser) e "hipótesis" (lo que ocurre de hecho), para asegurara al menos pragmáticamente un mínimo de convivencia entre la Iglesia y las nuevas formas de sociedad y de Estado.

La revolución industrial, así como el síndrome teórico-práctico de signo anarquista o marxista, habían apartado de la Iglesia a la clase obrera como conjunto. Se hace cada vez más fuerte la exigencia de una misión capaz de evangelizar al proletariado.

Lo mismo puede decirse de los diversos mundos que constituyen la sociedad : mundo de la juventud ; mundo de los estudiantes e intelectuales; mundo rural, salvaguardado por la tradición, pero sumido en la ancestral ignorancia religiosa ; mundo de la mujer, con las siempre pendientes aspiraciones del feminismo que lucha por la igualdad de los derechos de la mujer y del hombre en los tres temas principales : emancipación familiar, trabajo y sexo.

Aceptación eclesial del imperativo que ha de conducir a la unidad a las diversas iglesias y confesiones cristianas.

En su obrita La théologie catholique au milieu du XX siècle, el canónigo R. Aubert dividía su trabajo en cuatro capítulos :

La renovación bíblica

La renovación litúrgica y patrística

Abertura al mundo moderno

De cara al ecumenismo y al existencialismo.

Si se añade a esta enumeración la Eclesiología, se habrá logrado enumerar todos los movimientos renovadores en teología y aún en pastoral. La pastoral contemporánea, en efecto, se mueve sobre la Biblia, la liturgia, la abertura al mundo moderno y el ecumenismo.

 

¿Cuáles fueron las grandes directrices que presentaba el Concilio Vaticano II y específicamente sobre que materias ?

La Iglesia, depositaria de la verdad consagrada (Dei Verbum : De la Divina Revelación)

La Iglesia consagrada al culto y adoración de Dios (Sacrosantum Concilium : De la Sagrada Liturgia)

La Iglesia y sus órganos jerárquicos :

El Cargo Pastoral de los Obispos (Decreto Christus Dominus)

Las Iglesias Orientales Católicas (Orientalium Ecclesiarum)

Ministerio y vida de los presbíteros (Presbyterorum Ordinis)

Renovación adecuada de la vida religiosa (Perfectae Caritatis)

Formación Sacerdotal (Optatam Totius)

La Iglesia y su función apostólica :

La actividad misionera de la Iglesia (Ad Gentes)

Sobre el apostolado de los seglares (Apostolicam Actuositatem)

Medios de comunicación social (Inter Mirifica)

La Iglesia y sus relaciones con las comunidades actuales :

Sobre el Ecumenismo (Unitatis Redintegratio)

Sobre la libertad religiosa (Dignitatis Humanae)

Sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas (Nostra Aetate)

La Iglesia, educadora y promotora del hombre :

La educación cristiana de la juventud (Gravissimum Educationis)

La Iglesia en el mundo actual (Gaudium et Spes)

 

¿Cuáles fueron algunos de los adelantos que presentó el Concilio Vaticano II para el cristiano actual ?

La Iglesia, consciente de su deber pastoral, trata de dar la respuesta adecuada a los interrogantes que en cada tiempo le formula la vida de la fe y de la moral de los suyos. Como el Vaticano I abordó los temas eclesiales exigidos por las orientaciones de la vida y pensamiento a fines del s. XIX, así el Vaticano II se ocupó valientemente de los aspectos de la Iglesia en torno a los cuales la mentalidad de nuestro siglo formula los problemas más urgentes de la vida cristiana. De ahí la originalidad y actualidad de las cuestiones resueltas en el Vaticano II.

Estas cuestiones han surgido espontáneamente :

Promoción cultural y social de los individuos y sus agrupaciones humanas (G.S.)

Impulso vigoroso del espíritu misional y actividad apostólica extendida a todos los sectores (A.G.)

Reflorecimiento de la religiosidad comunitaria promovida por la práctica de la piedad litúrgica (S.C.)

Ecumenismo intensificado a través del feliz encuentro dialogal de las iglesias (U.R)

Profundización, renovación, metodización de los estudios teológicos, exegéticos e históricos (D.V.)

Amplio y apto magisterio de la Iglesia en relación a los problemas actuales y el misterio de la Iglesia  a través de las oportunísimas orientaciones y múltiples enseñanzas de los pontífices romanos (L.G.):

León XIII, Santis cognitum. AAS. 28, 708-739

Pío XII, Mystici Coporis. AAS. 35, 193-248

Pablo VI, Ecclesiam Suam. AAS. 5, 1964, 620-621

 

¿Cuál es la importancia de Lumen Gentium bajo el concepto de la Eclesiología ?

Con las aportaciones del Vaticano II y de Pablo VI, la eclesiología dogmática recibe el más vigoroso impulso, orientador de su futuro desarrollo. El Vaticano II restaura felizmente la aspiración pastoral de la era patrística, y por eso sus exposiciones tienen un matiz marcadamente positivo y rico en citas de la Escritura y de los Santos Padres.

Ya Pablo VI en su alocución de clausura de la sesión III comenta :La realidad de la Iglesia no se agota en su estructura jerárquica, su liturgia, sus sacramentos, sus ordenamientos institucionales. Su virtud profunda, la fuente original de su eficacia santificadora, se han de buscar en su mística unión con Cristo (AAS 56 (1964) 1014).

Según mi parecer, la Lumen Gentium tiene los siguientes puntos sobresalientes :

Los dos primeros capítulos son renovadores y aquí encontramos que la Iglesia es calificada como Sacramentum Salutis y como Pueblo de Dios. Asimismo, las figuras de la Iglesia : redil, campo, edificación, madre, esposa, etc., subrayan que ella no sólo es sociedad, sino misterio (LG 1. 6-7)

El capítulo IV está lleno de acentos progresivos. Los laicos son capaces de realizar la "consagración del mundo", mediante el testimonio en su propio ambiente. La labor de estos laicos se muestra capaz de impregnar incluso las estructuras mundanas con la fuerza del Evangelio.

El capítulo VII posee una gran fuerza expresiva ya que presenta la índole escatológica de la Iglesia. La posesión por la fe del bien ofrecido a todos es, en realidad, enigmática. La misma filiación divina, que en el cielo se ha de descubrir con esplendores de gloria en la familia eterna.

El último capitulo, que habla sobre la Virgen María, es novedoso en su interés por situar a María en el ser y en la vida de la Iglesia y en estrecha unidad - dependencia de la mediación salvadora de Cristo.

 

¿Algunas de las aportaciones que la Iglesia de hoy día le ofrece al hombre actual ?

Una actualización del tesoro doctrinal de la Iglesia, para acercarlo a la mentalidad y a las exigencias del hombre de hoy. Por eso, de la adhesión renovada, serena y tranquila, a todas las enseñanzas de la Iglesia, en su integridad y precisión... el espíritu cristiano, católico y apostólico de todos espera que se dé un paso adelante hacia una penetración doctrinal y una formación de las conciencias que esté en correspondencia más perfecta con la fidelidad a la auténtica doctrina, estudiando ésta y poniéndola en conformidad con los métodos de la investigación y con la exposición literaria que exigen los actuales métodos.

La moral tiene unos principios permanentes. Se fundan en la misma naturaleza, que es inalterable, y en el plan de Dios al elevar al hombre al orden sobrenatural. La teología moral tiene como fin descubrir, afirmar y aclarar esos principios para estructurar sobre ellos la conducta moral del hombre. Las normas de vida han de tener en cuenta las condiciones concretas de los hombres y las circunstancias en que se desarrolla su actividad. No son, por lo tanto, inalterables. Pueden cambiar y cambian de hecho cuando cambian aquellas condiciones o estas circunstancias.

La presentación de la Iglesia como sacramento del mundo, da un relieve máximo a la caridad en las relaciones con todos los que viven fuera de la Iglesia católica. Las normas morales que han de regir nuestro trato con los hermanos separados y con los no cristianos, habrá de modificarse según ese espíritu de comprensión, de diálogo y de reconocimiento de nuestra mayor responsabilidad.

El llamamiento general a la santidad, incluso con el espíritu de los consejos evangélicos, que recuerda el Concilio : todos los fieles de cualquier estado o régimen de vida, son llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad, que es una forma de santidad que promueve aun en la sociedad terrena un nivel de vida más humano (LG 40) y el camino que señala a todos para conseguirla todos los fieles cristianos, en cualquier condición de vida, de oficio o de circunstancias, y precisamente por medio de todo eso, se podrá santificar de día en día, con tal de recibirlo todo con fe de la mano del Padre celestial, con tal de cooperar con la voluntad divina manifestando a todos, incluso en una servidumbre temporal, la caridad con que Dios amó al mundo (LG 41).

La ascética pretende, precisamente, ofrecer a los hijos de Dios los medios adecuados para llegar a la edad de la plenitud de Cristo. La renovación ascética habrá de ser, pues, una consecuencia del enriquecimiento dogmático y de la nueva orientación de la moral que nos ha ofrecido el Concilio.

Al inaugurar el Concilio, Juan XXIII expresa : En nuestros tiempos, sin embargo, la Esposa de Cristo prefiere usar de la medicina de la misericordia más que de la severidad. Piensa que hay que remediar a los necesitados mostrándoles la validez de su doctrina sagrada más que condenándolos... La Iglesia católica, al elevar por medio de este Concilio ecuménico la antorcha de la verdad religiosa, quiere mostrarse madre amable de todos, benigna, paciente, llena de misericordia y de bondad para los hijos separados de ella.

 

Bibliografía utilizada

 

Concilio Ecuménico Vaticano II. B.A.C., Madrid 1993

AA. VV. Comentarios a la Constitución de la Iglesia. B.A.C., Madrid 1966

FLORISTAN / TAMAYO., El Vaticano II, Veinte años después. Cristiandad, Madrid 1985

BARAUNA, G., La Iglesia del Vaticano II, vol. I. Edit. Juan Flors, Barcelona 1966

PHILIPS, G., La Iglesia y su misterio en el Concilio Vaticano II, vol. I. Herder, Barcelona 1968

TARANCON, E., La iglesia del Postconcilio. Sígueme, Salamanca 1967

 

Bibliografía consultada

 

PHILIPS, G., La Iglesia y su misterio en el Concilio Vaticano II, vol. II. Herder, Barcelona 1968

RODRIGUEZ, P., Eclesiología 30 años después de Lumen Gentium. RIALP, Madrid 1994

VELASCO, R., La Iglesia de Jesús. Verbo Divino, Navarra 1992




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